La primera pregunta que nos debemos hacer es en qué lado del espectro estamos.

De un lado está la mala digestión o ” indigestión”. Es donde todo comienza y donde también en un gran porcentaje hacer cambios de alimentación mejora todo.

Los síntomas son variados pero van desde sensación de llenura, pesadez, distensión abdominal, reflujo, gases, eructos, estreñimiento o diarrea.
Si llevas una alimentación con alimentos en su mayoría procesados, granos, lácteos, fritos, azúcares no es de sorprenderse que te sientas así.

Si por el contrario llevas una dieta que consideras saludable y haces incluso esfuerzos por identificar los alimentos que mejor te caen y no lo logras puedes estar dirigiéndose al otro lado del espectro.

Que quiere decir esto? Que entre la mala digestión y la malabsorción (que es ya un estado avanzado de malnutrición por deficiencia en la absorción de nutrientes) existen varias disfunciones las cuales voy a discutir cada día. Entonces, qué hacer si considero que tengo una mala digestión?

Una dieta de eliminación para reconocer detonantes sería lo adecuado.

Como su nombre lo indica es ELIMINAR por al menos 21 días estos alimentos:

• Lácteos

• Granos (gluten, maíz, soya, avena)
• Azúcares
• Alimentos procesados ( si en la etiqueta no entiendes lo que dice… no te lo comas!).

 

ATENCIÓN: Si además de la indigestión tienes algún tipo de alergia ya sea rinitis, conjuntivitis o problemas de piel elimina adicionalmente:

• Huevo
• Nueces y semillas
• Leguminosas

Y DESPUÉS DE LOS 21 DÍAS QUÉ?
Esta es la mejor parte, y la más importante. No es que siempre tengas que comer así. Evalúa como te sentías y cómo te sientes después y empieza a REINTRODUCIR UN INGREDIENTE A LA VEZ cada 3 a 7 días. Dependiendo de la respuesta de tu cuerpo ( no sólo digestiva) considera eliminar o disminuir el consumo de los alimentos que detonan tus síntomas.
Así de simple!