Aunque esté de moda, esta tendencia ha llegado para quedarse. 

¿Por qué? Es una excelente manera de comer “ensalada” al desayuno. Así añadimos fibra adicional a nuestra dieta.

Es rico en potasio y vitamina A y bajo en azúcares de rápida absorción.
Su riqueza PREBIÓTICA, (fibras fermentables que nutren la flora intestinal), favorece la desintoxicación de sustancias por el hígado y la regulación del sistema inmune y hormonal.

Favorece la producción de ácidos grasos de cadena corta (SSFA) en colon entre ellos el butirato que tienen alta propiedad antiinflamatoria y anti cáncer.
IMPORTANTÍSIMO para la mejoría de la tolerancia oral que es lo PRIMERO que se pierde en toda condición autoinmune. La dieta es importante, pero ayudar al sistema inmune a volver a tolerar es FUNDAMENTAL y un buen jugo verde es una de las herramientas principales.

Mi recomendación:
Mezcla hasta 10 vegetales verdes ORGÁNICOS para tu preparación ( kale, espinaca, brócoli, pepino, acelga, hierbabuena, albahaca, perejil, rúgula, cilantro) licúalos todos con poca agua y congélalos, así tienes listo tu jugo diario en pocos minutos y la congelación no altera su poder nutricional.

Cada día saca una porción ( 2 cubos) y mézclalos en la licuadora con 1/4 de fruta que puedes variar, jengibre, limón y chía.

Sabe a “manguita” pero empiezas a disfrutarlo con el tiempo.
Además considerado una medicina no un postre.

“Pintar” un jugo de frutas con alguna verdura no es tomar jugo verde, ni confiere los mismos beneficios.

Otra recomendación: toma uno al día. No hagas “detox” de jugos, al menos no por tiempo prolongado. Las personas que se exceden pueden favorecer problemas renales.